Nuestro segundo día amaneció con muchísima niebla, tanta que a penas se veía el Lac dera Restanca. Mientras desayunábamos y preparábamos las mochilas comenzó a nevar, pero por suerte no hacía nada de viento.
Empezamos nuestra marcha con intención de ir al Refugio de Colomers, pero la decisión final la tomaríamos en Coll de Crestada en función de la evolución del tiempo.
Al llegar al collado, en vista de que no se veían las cumbres de alrededor ni el collado por el que tendríamos que pasar para ir al Colomers, decidimos bajarnos al Refugio de Ventosa que estaba más cerca y conocíamos el camino.
Bajamos suavemente entre los lagos (con cierto temor de caer dentro de alguno si nos descuidábamos) y, a las 14:30 ya estábamos dentro del refugio con una estufita a nuestro lado y toda la ropa colgada para que se secara.
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